Me gusta el silencio
En el no es posible la mentira
En el puedo escuchar el sonido de tu ser.
Me gusta perderme en la última estación de tu mirada
encontrarme allí contigo y conocerte, conocerme.
Envueltos en el blanco silencio de las sabanas
jugando a cazar un beso,
en el penúltimo instante el tiempo se detiene.
Las mariposas que anidan en tu pelo
comienzan a revolotear, mi piel se eriza y
como brisa cálida o torrente inesperado
me inunda tu aroma de fruta
dulce, madura y aterciopelada.
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